La noche exhala neblina
disipándose por las esquinas
de esta ciudad del universo.
La noche se fuga en la neblina,
junto a los árboles desnudos de estas calles frías,
junto a una madre amamantando en la penumbra de un cuarto,
junto al imnsome apenas antes de prender la luz,
junto al viudo y el retrato y el rocío sobre el pasto
junto al aullido del silencio en la prisión,
y a los amantes en el último suspiro,
junto a un hombre y su trago de vino,
y a las brasas encendidas en un tibio comedor,
junto al poema que renace en una voz,
o el eco de un sueño.
Que fuga tan oscura tiene esta noche.
Cuanta luz que anida en su negrura.
Cuan inquietante es el imán
que pulsa esta fuerza lunar
empujando la marea hacia las costas
para hacer girar los días.
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